Vivir sin conocerte dice un canto

de mi raza. Yo alcanzo a subsistir

apenas subsistir, sin el encanto

que tu magia imprimió a mi existir.

Vida es vivir tu amor con agonía.

Enredado en la gloria de tus brazos,

Sin saber si, a la luz del nuevo día:

Podríamos comernos a pedazos,

esta maravillosa fantasía,

beso a beso, abrazos por abrazos.   

Ayer los duendes del amor, el hada

buena, miraban nuestros amoríos

con bendiciones en la madrugada,

bajo el sol, en los páramos sombríos.

Hoy confusos, distante en la nada,

anhelos vi morir de escalofríos.

murieron en tu boca enamorada

besos que otrora fueron besos míos.

Condenados a pena capital,

mis sueños de pasión, mis sueños presos,

como heridos de pérfido puñal:

Dos clavos introducen en mis sesos:

¿Quién disfruta su  belleza otoñal?

¿Y en labios de quien  estarán sus besos?

Esta espada de angustias

que, con extrema lentitud

lacera los sentidos y la carne.

Esta imposible sensación

De estar sin encontrarse

En ningún tiempo, en ningún lugar.

Esta dulce y amarga percepción  

que alarga sin medida

cada minuto, cada día:

NOSTALGIA la llamaron

Los dioses del Olimpo:

¡Nostalgia, simplemente nostalgia!

Como, cuando después del huracán

llega una paz de olivos y cenizas,

así: El corazón de la nostalgia

redime y bendice a quienes en el lecho del amor,

por amor pecaron.

Señora y soberana se perfila

La nostalgia,

En los labios del poeta.

Pero, criada servil es aquella

que barre los residuos  de la fiesta,

Cuando termina el ágape

y El Amor, invitado principal,

se ha marchado sin despedirse.

El mar,

poderoso gigante verde azul

estaba allí,

esperando por devorar tu cuerpo.

El sol poniente

empezaba a pintar acuarelas

en el cielo.

Tu presencia era

Un prolongado latido

presagiado por mis ansias.

Vino de uvas frescas

pan bendito

para mi hambre de soledades.

Cuánto  soñaron

mis sueños adolescentes

con la belleza de una sirena

que colmase mi corazón

encendido en ansias,

en  eternales noches,

en las que la pasión

asechaba bajo las cobijas,

en un silencio sin términos.

El mar estaba allí.

Allí tu cuerpo, piel trigueña

labios dulcificados

por bendecidas mieles.

Allí tu piel de diosa pagana.

El crepúsculo estallaba

en desordenados latidos

igual que mis entrañas.

Así soñaba tus besos.

Así soñaba tu amor.

Santa Verónica, Atlántico. Junio de 1992.

Todas las esquinas dicen tu nombre:

Esta me grita:

¡Por aquí pasasteis presurosos,

Detrás de las angustias de la vida!

Otra me recuerda tu risa coqueta,

fugitiva del viento,

tus labios de mermelada,

tu rostro de niña buena.

Allí nuestro rincón favorito,

Lugar de citas furtivas

y encuentros inconfesables.

Más allá, el parquecito coquetón

que sostenían juntas nuestras manos

y más acá el grill

donde Darío Gómez y sus parciales  

nos llevaban a mundos

de fantásticas ilusiones

y constreñidas sensaciones.

¡Todo, todo te recuerda!

En la película de las 2 am.,

La protagonista finaliza

Con una frase lapidaria:

“Este fue un amor

Que valió la pena vivirlo…”

Quién morderá tus ansias,tus pechos, tus carnes,

si en esta madrugada de octubre solitario

el eco enmudecido de mi voz no te alcanza

ni se enreda en tu pelo, ni acompaña tu risa?

  ¡Sin tí mi soledad es soledad imperfecta!.

Algunos filósofos opinan

que el mañana no existe.

Sólo contamos

con  este día para amarnos.

Mañana quizás nada nos posea,

ni siquiera el olvido.

El presente es como una vena abierta

que imperceptible sangra.

Otras veces se asemeja

a una sombra indefinida y fija,

que en todo instante nos persigue

y siempre, siempre, nos alcanza.

Si el mañana no existe:

¿Dónde estaremos  mañana:

Tú y mi desolado corazón?.

Antes del amor: No digas nada…

El vacio será nuestro norte.

Que sólo el silencio diga

las cosas que nunca nombramos.

En su tiempo, el recuerdo atesorara

aquellas que nunca vivimos.

Tal vez un día sepas que te ame.

El corazón de la lluvia

marca un compás de melancolía

sobre los tejados.

Antes del amor no digas nada.

Después, marcha detrás de tus pasos.

Escucharás la llamada de la noche,

De la noche absoluta y lánguida.

Quizás algún día descubras que me amabas… 

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Intentamos romper y no rompimos:
Un grito de angustias
quebró mi garganta
y una lágrima diminuta
... buscó refugio en tu pupila.
Intentamos cosechar palabras nuevas
mas sólo fantasmas incoherentes
por nuestras voces hablaron.
Quizás otros paisajes,
caminos inexplorados,
fuesen ruta segura
al mundo de los sueños.

Al final, todo resulta inútil:
El roce de tus mejillas
que rehusan la última caricia.
O mis labios que frustrados permanecen
imitando la figura de un beso
para siempre.
(Igual que para siempre tú recuerdo):
Para Siempre...